La gestión de costes es una herramienta imprescindible para las empresas. Requiere que profesionales y administradores que lideran las mismas la conozcan y la implementen. En términos sencillos, tomar una decisión no es otra cosa que seleccionar una alternativa de entre varias opciones posibles. El proceso de decisión implica siempre, tener un objetivo y conocer el camino para alcanzarlo. Por lo tanto, “la toma de decisiones en la empresa constituye un proceso continuo que une el presente con el futuro deseado. Este proceso debe estar enmarcado en los objetivos proyectados para la organización” (Wajchman Mauricio y Wajchman Bernando).
Es decir, a través de la toma de decisiones en la empresa se determina una situación o problema, se analizan las posibles alternativas para solucionarlo y se aplicar aquella más adecuada, para después analizar si el objetivo deseado se ha conseguido o no.
El objetivo de la gestión se centra en maximizar los outputs (ingresos) o en minimizar los inputs (costes). La opción más favorable siempre será aquella donde los ingresos superen a los costes. Como empresario o trabajador, debes saber que las empresas deben ser eficientes en la utilización de sus recursos, ya que no podemos limitarnos a producir o generar servicios, sin saber, por ejemplo, que precio de venta vamos a asignar, para poder obtener beneficios.