El reto de la educación es tratar de crear comunidades educativas que cooperen, que participen y donde todos sus miembros sientan que pertenecen y que además, contribuyen. La clave está en el desarrollo de una ciudadanía comprometida, y es aquí donde la figura del dinamizador social, juega un papel muy importante.
Las actividades de ocio y tiempo libre están íntimamente ligadas a las competencias y capacidades que el dinamizador adquiere para motivar la participación comunitaria, utilizando como elemento de nexo la educación.
El dinamizador comunitario se encarga de programar, organizar, dinamizar y evaluar actuaciones de intervención social encaminados al desarrollo de la participación ciudadana.
El ocio favorece la interacción, la participación y la cooperación entre los miembros de una comunidad, el disfrute que llevan implícitas las actividades de ocio, contribuyen de manera positiva a crear un clima de comunidad próxima, cercana y colaborativa. Entre las contribuciones más significativas que el ocio ha proporcionado a la comunidad tenemos:
- Su proximidad y conexión con el territorio: Diseñar propuestas de ocio educativo desde la perspectiva de una pedagogía activa, donde todo los agentes implicados en la comunidad participen, fomenta el desarrollo de actividades de educación y retroalimentación comunitaria. La figura del dinamizador comunitario adquiere una gran importancia, ya que tiene la posibilidad de crear programas que se ajusten a las necesidades concretas de una comunidad y que pueda extrapolarse y adaptarse a otras comunidades.
- Libertad de adhesión y voluntariedad de las personas en la utilización del ocio: Las entidades socioculturales y educativas, como espacios libres, informales y no intervenidos, pueden convertirse en espacios idóneos para la dinamización de los barrios y de los territorios.
- La intención educativa, la pedagogía del proyecto y las pedagogías activas: A grandes rasgos, la intención educativa se entiende como el proceso de acompañamiento en el desarrollo integral de la persona.
La pedagogía del proyecto permite a cada miembro de la comunidad convertirse en el protagonista de todo el proceso de la propuesta de ocio, animando a que descubra, participe, realice y analice su intervención dentro del programa. El dinamizador comunitario adopta un papel de acompañante, de guía, procurando motivar a todos los miembros durante el proceso.
La pedagogía activa es la corriente pedagógica que caracteriza la educación en el ocio en la que la persona se educa a partir de la acción, actuando y haciendo simulación de la vida cotidiana, lo que le facilita el proceso de aprendizaje y también le potencia el proceso de socialización.
- La movilización y la iniciativa social, la promoción del asociacionismo y la participación: Es un espacio donde se comparten ideas y se aprende a valorar, respetar y empatizar con el resto del grupo. A través de las propuestas de ocio y tiempo libre comunitarias, el dinamizador no es el único que toma decisiones, sino que todos los participantes poseen voz y voto, sin embargo, es aquí donde el dinamizador comunitario tiene la gran responsabilidad de ejercer como moderador, favoreciendo el clima de diálogo y consenso.
La función de un dinamizador comunitario no se basa únicamente en animar a la gente, sino en el poder hacer un estudio previo de la población con el que poder conocer cuáles son las necesidades que tienen y a quien deben ir dirigidas, para fomentar su participación.