La Mediación Comunitaria se presenta como un tipo de Resolución Alternativa de los Conflictos (RAC) que tiene como objetivo la buena convivencia entre personas desde la perspectiva de ciudadanos dentro de una Comunidad.
La Mediación Comunitaria se presenta como un tipo de Resolución Alternativa de los Conflictos (RAC) que tiene como objetivo la buena convivencia entre personas desde la perspectiva de ciudadanos dentro de una Comunidad.
Para ello se entiende que una Comunidad es el conjunto de individuos que comparten elementos en común, tales como un idioma, costumbres, valores, tareas, visión del mundo, edad, ubicación geográfica (un barrio o una urbanización, por ejemplo), estatus social…
Generalmente, una comunidad se une bajo la necesidad o meta de un objetivo en común; aunque no es algo necesario, basta una identidad común para conformar una comunidad sin la necesidad de un objetivo específico. En términos de administración o de división territorial, una comunidad puede considerarse una entidad singular de población, una mancomunidad, un suburbio, etc.
Cuando se da una convivencia en una determinada Comunidad, es habitual que se produzcan desencuentros de distinto nivel a los que, generalmente, se les llama conflictos, debido a que se trata de algo común por la interacción entre las personas en los aspectos en los que se desarrolla la vida cotidiana.
La Mediación comunitaria tiene carácter transversal: eso significa que hace referencia a los conflictos de carácter privado y a los de carácter público.
En la mediación pública, desde los Ayuntamientos se vela por la convivencia en barrios conflictivos por la creciente inmigración, en la participación de proyectos comunes y problemas que afectan a barrios o zonas de un mismo distrito, como pueden ser (principalmente):
Por lo tanto, los mediadores comunitarios trabajan todos los conflictos que surgen en el seno de la comunidad en la que se implementa el Servicio, dentro del municipio. Y será la entidad prestadora del Servicio de forma local, la que defina, en función de sus políticas, que tipología de conflictos son de atención preferente por parte del correspondiente Servicio de Mediación.
Algunos Servicios están enfocados en conflictos producidos en Consumo, otros se han especializado en la mediación hipotecaria y otros se dedican a usar la mediación como una alternativa al pago de sanciones cuando se producen infracciones a las ordenanzas de civismo, etc.
También llamada Mediación vecinal, suele ser llevada a cabo por servicios de mediación privados, por lo general contratados por la propia administración de la Comunidad. Cada vez suele ser más común que sea un abogado o alguien formado en mediación sea quien se encargue de esos asuntos. Un ejemplo claro podría ser el administrador de un edificio o un garaje comunitario. Sin embargo, no sólo se limitaría a esas funciones, un Mediador vecinal se puede enfrentar a otra clase de conflictos como:
Por tanto, la Mediación privada es un proceso en el que participan las partes afectadas de manera totalmente voluntaria, pudiendo alcanzar un acuerdo que no les viene impuesto, presentándose la figura del mediador como un tercero ajeno al conflicto que se encarga del buen desarrollo del proceso, agilizando y encargándose de hacer cooperar a todas las partes intervinientes para alcanzar resultados y evitar una escalada del conflicto, sin que en ningún caso pueda imponer la solución sino promover un acuerdo.
Todas estas discusiones surgidas en el seno de una Comunidad nos otorgan la oportunidad de hacer algo de forma diferente, una alternativa a acudir al Juzgado y en el que la solución deja de ser algo impuesto para pasar a ser algo creado en conjunto y en consonancia con las particularidades de cada una de las partes, de forma que pueda ser beneficio para todos. Ahí es donde la Mediación Comunitaria pueden ejercer un papel fundamental y afrontar de otra forma el tratamiento de este tipo de situaciones que generan conflictos.
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