Nadie es perfecto

Controlar las quejas y reclamaciones es imprescindible

Es inevitable recibir quejas y reclamaciones de los clientes, y es uno de los aspectos más importantes en la empresa. No importa el producto o servicio, ninguno es perfecto. A veces, se cometen errores, o lo que pensaba el cliente no se corresponde con lo que obtiene, por lo que es inevitable recibir quejas y reclamaciones de clientes.

Quejas y reclamaciones

Esto es algo a lo que todas las empresas se han enfrentado más de una vez, y que, inevitablemente, seguirá ocurriendo. A fin de cuentas, nadie es perfecto.

 

Es importante no ignorar las quejas y reclamaciones que nos lleguen, y gestionarlas de forma rápida y eficaz. Ya que, si los usuarios tienen una mala experiencia, se lo contarán a otros. Además, en la actualidad este mensaje puede llegar rápidamente a muchas otras personas a través de los canales digitales, el alcance de dicha opinión negativa puede tener mayor repercusión.

 

Ignorar las reclamaciones de los clientes no es una opción.

 

Es importante no confundir estos dos términos. Aunque a simple vista puedan parecer similares, no lo son. Cada uno implica un nivel de insatisfacción diferente.

 

  • Una queja es un nivel menor de descontento. Por lo tanto, no es sinónimo de una infracción o que estés faltando a las garantías o promesas.

Una queja nos permite conocer que el producto o servicio no cumplieron las expectativas o provocaron una insatisfacción menor.

Recibir quejas es completamente normal, sin embargo, hay que reaccionar ante estas, ya que más del 90 % de los clientes que no quedan satisfechos no volverán y no habrá expuesto su descontento.

 

  • Una reclamación implica un nivel de descontento mayor que el de una queja. Expresa que hubo un incumplimiento de lo acordado.

La reclamación busca exigir una acción por parte de la empresa, un cumplimiento del servicio, una sustitución del bien o incluso la devolución del dinero. También puede ser que busque compensar un daño que el producto o servicio causó directa o indirectamente.

 

No hay que confundir quejas y reclamaciones con sugerencias. A diferencia de las quejas y reclamaciones, las sugerencias no ponen en riesgo la relación con el cliente. Una sugerencia no revela malestar, sino que es un consejo para mejorar el producto o servicio. Este tipo de retroalimentación es una oportunidad para comunicarte de manera abierta con tu cliente.

Quejas y reclamaciones

¿Qué es la gestión de quejas y reclamaciones?

 

La gestión de quejas y reclamaciones es el proceso para atender y resolver los problemas que los consumidores pudieran llegar a tener con una empresa. Su objetivo es mantener la satisfacción y la retención del cliente.

 

¿Por qué es importante gestionar las quejas y reclamaciones de tus clientes?

 

  1. Ayudan a comprender y mejorar la satisfacción de los clientes.
  2. Fortalecen la comunicación.
  3. Permiten identificar las principales áreas de mejora de la empresa.
  4. Fomenta la fidelización y lealtad de los clientes.

 

No hay que olvidar que las quejas y reclamaciones nos ofrecen información valiosa para mejorar.

 

Es importante atender las reclamaciones de los clientes, no solo para ayudarles, sino también para proteger nuestra reputación, demostrando al resto de consumidores y clientes potenciales que nos preocupamos por ellos.

 

Técnicas para gestionar quejas y reclamaciones en atención al cliente:

 

  1. Mantener la calma.
  2. Confirmar que se ha recibido la queja o reclamación.
  3. Responder lo más rápido posible.
  4. Mostrar disposición a recibir quejas y reclamaciones.
  5. Analizar lo que los clientes expresan.
  6. Disculparse por el error cometido y agradecer el tiempo empleado para comunicarlo.
  7. Ofrecer soluciones correctoras.
  8. Informar al cliente sobre la solución.
  9. Resolver el problema.
  10. Realizar un seguimiento.
  11. Evaluar las quejas y reclamaciones.
  12. Aprender de la experiencia.

 

Las quejas y reclamaciones no tienen que ser algo puramente negativo. Dependiendo de la habilidad para gestionarlas, los clientes más descontentos pueden llegar a convertirse en nuestros mayores defensores. Las quejas y reclamaciones bien gestionadas nos pueden ayudar a crecer.

 

Cuando un cliente se queja o realiza una reclamación está exigiendo que se respeten sus derechos como consumidor. Supervisarlas, gestionarlas bien y llevar un control, nos ayudará a recuperar clientes y a evitar las opiniones negativas, al mismo tiempo nos brindará información para mejorar la experiencia del cliente.

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